jueves, 17 de agosto de 2006
Poder, miedo y medios
Lo que ocurre en Europa es una tragicomedia montada con la desfachatez con la que actúan los neoconservadores europeos en connivencia con sus compinches estadounidenses. Menos que tragedia es una comiquita macabra, pero proyectada con tanta seriedad que asusta de verdad. Ahora descubren una red de terroristas virtuales que vuelan aviones virtuales con bombas virtuales: agua mineral, champúes, gel, pintura labial y desodorantes se convierten en armas mortales en bolsos y maletas de pasajeros que tienen que ser -por ley antiterrorista- de origen pakistaní o de alguna otra etnia musulmana (tú sabes: por aquello del choque de civilizaciones). Al igual que las armas virtuales de destrucción masiva que “justificaron” la invasión a Irak, estos terroristas y armas virtuales sirven para invadir la psiquis colectiva de los europeos para impedirles pensar críticamente sobre varios aspectos que demuestran, con contundencia, la complicidad de algunos gobiernos de Europa con el terrorismo del Estado norteamericano, como por ejemplo, en el uso de aviones, aeropuertos y cárceles clandestinas para aislar y torturar a secuestrados por la CIA.
Como afirma Octavio Hernández, en www.rebelion.org del 12/08/06: “Aunque parezca chistoso, sembrar de manera tan tremenda el terror sobre los objetos de consumo más comunes de la vida cotidiana tiene un impacto psicológico demoledor en las personas. Cualquiera puede ser un terrorista y cualquier cosa que lleve puede ser un arma. La psicosis invita a reevaluar la conducta de la policía que dispara sin preguntar: "Podía haber sido un terrorista y esa botella de agua ¡podía haber sido un explosivo líquido!".
Lo más estremecedor del caso es que esta estrategia terrorista sigue funcionando en la mayoría de los ciudadanos europeos, signo indefectible de que los medios de comunicación poseen un gran poder de persuasión social y de control político, algo que añoran con desesperación y angustia los neoconservadores venezolanos en estos tiempos de reelección presidencial: ya pocos les creen, tan sólo los “medio-dependientes” o "medio-adictos" incurables les hacen caso y, como está a la vista, se trata de una exigua minoría.
Qué interesante paradoja la que nos hace vivir la historia: en el continente de la cultura y la civilización occidental, Europa Central, la estupidez mediática goza de excelente salud. Allá sigue siendo cierta la fórmula de Mc. Luhan: “el medio es el masaje”, porque los medios, especialmente la TV, forman, reforman y deforman la conciencia del usuario. En cambio, en este dizque “subcontinente” latinoamericano, lleno de “analfabetos” y “miserables”, nos encontramos en abierta rebelión contra la dominación mediática. Ahora en Venezuela -también en Bolivia y en México, como lo indican los hechos recientes- los medios de comunicación no pueden manipular políticamente a la gente como antes hacían. Ahora el poder conservador sabe -y si no lo sabe peor para él- que no es fácil transmitir el miedo por los medios, porque la política asumida como bien público por las comunidades organizadas ha construido sus propios medios de comunicación y el mensaje que surge de sus experiencias no es de miedo sino de valentía y esperanza.
Como afirma Octavio Hernández, en www.rebelion.org del 12/08/06: “Aunque parezca chistoso, sembrar de manera tan tremenda el terror sobre los objetos de consumo más comunes de la vida cotidiana tiene un impacto psicológico demoledor en las personas. Cualquiera puede ser un terrorista y cualquier cosa que lleve puede ser un arma. La psicosis invita a reevaluar la conducta de la policía que dispara sin preguntar: "Podía haber sido un terrorista y esa botella de agua ¡podía haber sido un explosivo líquido!".
Lo más estremecedor del caso es que esta estrategia terrorista sigue funcionando en la mayoría de los ciudadanos europeos, signo indefectible de que los medios de comunicación poseen un gran poder de persuasión social y de control político, algo que añoran con desesperación y angustia los neoconservadores venezolanos en estos tiempos de reelección presidencial: ya pocos les creen, tan sólo los “medio-dependientes” o "medio-adictos" incurables les hacen caso y, como está a la vista, se trata de una exigua minoría.
Qué interesante paradoja la que nos hace vivir la historia: en el continente de la cultura y la civilización occidental, Europa Central, la estupidez mediática goza de excelente salud. Allá sigue siendo cierta la fórmula de Mc. Luhan: “el medio es el masaje”, porque los medios, especialmente la TV, forman, reforman y deforman la conciencia del usuario. En cambio, en este dizque “subcontinente” latinoamericano, lleno de “analfabetos” y “miserables”, nos encontramos en abierta rebelión contra la dominación mediática. Ahora en Venezuela -también en Bolivia y en México, como lo indican los hechos recientes- los medios de comunicación no pueden manipular políticamente a la gente como antes hacían. Ahora el poder conservador sabe -y si no lo sabe peor para él- que no es fácil transmitir el miedo por los medios, porque la política asumida como bien público por las comunidades organizadas ha construido sus propios medios de comunicación y el mensaje que surge de sus experiencias no es de miedo sino de valentía y esperanza.
GREGORIO J. PÉREZ ALMEIDA sovago2004@yahoo.com
Comments:
<< Home
jajajajajajajajajjaajjaajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajjajajaajajajajajajajjajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajaja... erga q risa.. jajajajajajajajajajajajajajjajajajajajaja..tu blog da risa..jajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajjaaj
Publicar un comentario
<< Home