domingo, 27 de agosto de 2006
El "imbécil Bush"
Un cable de la AFP enviado desde Washington, advirtió esta semana que los editorialistas y comentaristas estadounidenses, ya han comenzado a dudar de la capacidad mental de su presidente y de sus competencias para dirigir ese país. Bajo el título de "¿Es Bush un imbécil?", la nota de prensa señala que hace pocos días un conocido exparlamentario del partido Republicano (el mismo de Bush) lanzó esa pregunta al aire en un programa de televisión apuntando que el mandatario gringo carece de "curiosidad intelectual". Dice la reseña que, mientras numerosos candidatos republicanos en campaña para las elecciones parlamentarias toman distancia de la administración Bush sobre Irak, los líderes de opinión de distintos periódicos y revistas han expresado públicamente sus dudas acerca de las destrezas reales del jefe de la Casa Blanca.
Una serie de artículos de opinión de distintos medios de comunicación escrita y televisada han resaltado, recientemente, la cadena de errores que ha cometido el Gobierno, fundamentalmente en lo que a su política exterior se refiere, e in cluso han hecho señalamientos sobre la forma grotesca, caricaturesca o torpe como el mandatario suele dar respuesta a delicados asuntos que se le plantean. A falta de explicaciones o salidas a la crisis desatada por ellos mismos en Irak, los norteamericanos se preguntan ya si se encuentran frente a otro Vietnam, una guerra que iniciaron bajo la promesa de acabar pronto y de la que no saben cómo salir, sin la consecuente carga de ataúdes de soldados gringos a cuestas.
Ya el Premio Nobel, José Saramago, había calificado a Bush, no sólo de imbécil, sino que lo llamó el presidente de la guerra, en clara alusión a la circunstancia de que es bajo el fuego de la metralla, los inventos sobre las presuntas amenazas terroristas y la manipulación del miedo de sus compatriotas, como el líder republicano se planteó desde hace cuatro años desplegar sus estrategias en el Medio Oriente.
Si no existiera Irak, Bush no habría sido reelecto para un segundo mandato; los norteamericanos no hubieran votado por un hombre que no tenía otra cosa que ofrecer, que no fuera su promesa de que él los protegería a bombazos de sus supuestos enemigos externos. En eso, sin duda, el hombre ha cumplido. La última de sus "geniales" ideas fue designar a un funcionario para que siguiera, especialmente, el acontecer en Cuba y Venezuela, algo así como el "espía Salazar" del que habla el chiste margariteño. No contento con los frentes que tiene abiertos, inconclusos y sin vías de solución en los alrededores del Golfo Pérsico, pretende seguir con el desgastado discurso que ya los suyos no le creen, de que él es el hombre que vela sus sueños desde el 11 de septiembre de 2001.
Por eso es que las aparentemente descabelladas ideas de Michael Moore, de que Bin Laden es producto del ingenio norteamericano, ya no les suenan tan irreales. Después que leí la nota de la AFP, por curiosidad, me metí en el buscador de Google y coloqué las palabras claves: Bush imbécil. Resultado: ciento noventa y cuatro mil sitios contentivos de la frase. Una tontería.
Mariadela Linares